domingo, 23 de septiembre de 2012

Amor.

El amor, amigo, compañero, confesor y traicionero. Productor de momentos dignos de la historia del cine romántico y de momentos dolorosos cual tragedia.

Difícil de conseguir, aún más de cuidar y sobretodo, difícil de olvidar.
Cuando tienes amor, lo tienes todo. Pero el problema de tenerlo todo es mantenerlo vivo como el primer día.

La confianza en el amor, es alimento que va nutriendo como de savia rezuma un tallo de joven flor, y a medida que envejece, se convierte en fuerte tronco o en seco matorral, según si su alimento ha sido bueno y cuidado.

El cariño. El demostrar día a día lo que sientes como si mañana el amor marchase, es una de esas pequeñas cosas que estancan y ponen trabas al amor. Difícil de cuidar, su falta es la provocadora de la monotonía y el desdén, ya que el no sentirse querido, provoca un dolor inhumano sea cual sea el herido. Cuídalo, pues puede ser tu mayor aliado o tu mayor enemigo.

La pasión es el punto picante que hace de la pareja la unión perfecta. Cuya cúspide es la unión sexual más intensa que se conoce. La fogosidad, el placer y el sentimiento, unidos al compás de dos cuerpos que se aman, de dos corazones que laten a tiempo el uno del otro. Es inexplicable. Por muy mal que pueda darse, solo los sentimientos desbordados y los corazones al descubierto hacen que un juego como es el sexo pase a ser un acto de amor, un acto de sinceridad. Cuerpos desnudos, exentos de hiel y barreras, sentimientos que se descubren en las lineas de la piel y que hacen que el amor se vea completo.

Amar sin medida, con talento y originalidad. Amar con respeto, elocuencia y serenidad. Amar desde el alma con el corazón como bandera, siendo el querer su escudo y siendo la razón su sierva.

Amar con el cuerpo, haciendo de cada sentimiento algo etéreo y físico, trascendental y mundano. Haz del amor tu escudero y no tu enemigo, que el amor puede llegar a ser tan bello y a la vez esquivo.