lunes, 18 de junio de 2012

Compañerismo e ilusión.

Este año, por primera vez en mucho tiempo, me visto con mis propios ojos lo que es el compañerismo de verdad. Dudaba sobre la frialdad de los estudios a distancia, pero el curso en la UNIR, a pesar de ser de los más duros por no sentir el calor diario de personas con tus mismos intereses y objetivos, me ha enseñado que el compañerismo no depende de distancias ni fronteras, solo de la ilusión y el buen hacer.
Desde lejos, sin conocer a la mayoría de ellos, sin haberles estrechado la mano o haber mediado una sola palabra, he visto como un grupo de personas hacían de este este curso un ejemplo de comunicación y compañerismo como pocas veces había visto.
Será por mi escasa experiencia, o porque me ha tocado compartir curso, carrera y pasión con un gran grupo humano, pero este año entiendo por fin en lo que consiste ser compañeros.
Muchas gracias a todos los profesores del Grado en Comunicación de la UNIR, a la tutora que tanto me ha ayudado, a mis compañeros del grupo "comUNIRcación" de facebook y a todos aquellos que, sin pedir nada a cambio, me han ayudado este año. Gracias.

domingo, 17 de junio de 2012

Valiente cobarde.


¿Qué haces cuando algo que te han hecho  te reconcome durante años y, a pesar de tragarte el orgullo e intentar llevar bien las cosas, se mofan de ti y te provocan? Puedes hacer dos cosas, o tragarte el orgullo, callarte y tragar más, o simplemente contestar.
Hay veces, que pensar en el bien de alguien, significa guardar cosas que a la larga a ti te hacen daño pero a esa persona le hacen bien.
Yo en su momento fui un ingenuo al creer que con el tiempo todo se pondría en su lugar y el hecho de haber escondido durante mucho tiempo muchos secretos a voces para ayudar a que varias personas fueran felices a pesar de quedar como el malo me traería una reconciliación futura. Pero no.
Intente hablar con una de esas 2 personas, aprovechando su cumpleaños, y no solo se comportó con un cinismo que solo digno de alguien de una clase intelectual baja sino que además intentó burlarse de mi en mi propia cara. 
Si esas personas realmente supieran todo lo que hay detrás que ellos ignoran, todo aquello que no se les contó para que pudieran ser felices, todo lo que hizo que yo quedara como un soberano idiota y un cobarde de bandera cuando solo fui su fiel escudero siempre luchando por su felicidad... La verdad que releyendo esto me doy cuenta de que no solo no pasaría nada sino que, además, su abominable egocentrismo y su capacidad de mantener un férreo orgullo a pesar de sus errores los mantendrían aislados de una visión certera de la situación.
Pero en fin, que más da. A seguir escribiendo en mi libro de historia sin darle mas importancia que este texto a esa situación. Duele, si. Pero no hará mas falta que ponerle un punto a este texto para hacer que este mal sentimiento se encierre o se esfume.
Pero antes de acabar, un consejo. Aunque os sintáis calzonazos, nunca os arrepintáis de ayudar a alguien, aunque luego acabéis como yo. Siendo un valiente cobarde.
Un abrazo a todos.

jueves, 14 de junio de 2012

Días Rojos.



                Decía Holly Golightly que “Se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué.” Pues señores, llevo un mes completo de días rojos.
                Adele le pone el tinte musical perfecto a esos días en el que uno siente que no dejará una huella en nadie, a esos que uno siente que es lo suficientemente bueno para hacer cualquier cosa pero que nunca será especial en nada.
                Sonaba tierno en boca de la mismísima Audrey la mítica frase del día rojo. Pero cuando lo tienes lo único que haces es envidiar lo bien que dicho personaje lo llevaba. Que envidia da el cine, ¿verdad? La realidad es más dura.
                La realidad es que lloras, que sonríes sin querer, que a cada minuto las tímidas lágrimas empañan tus ojos sin querer salir para no robarle la sonrisa a alguien feliz. Pero al llegar la soledad oscura del fondo de tu almohada, rompes a llorar sin pensar que la almohada que te sostiene se está empapando de una tristeza que parece inherente a ella y a la soledad que conlleva.
                Son esos días en los que recuerdas que en los momentos más importantes, que en las mas importantes batallas, que en las duras luchas, estuviste casi siempre solo. Que tus amigos estaban ocupados librando las suyas propias, y te das cuenta que ser un ser social y depender de la gente no es un impulso que ayude a ganar o perder, porque al final, solos estamos, aunque haya gente a nuestro lado.
                Oh! Que día rojo más bello. Es tan contradictorio sentir que un día como este puede parecerme bello. Es bello porque aprendes, es bello porque te das cuenta de donde estas, a donde vas y quién eres de verdad. Es bello porque tomas decisiones, porque es el día en que el dolor te hace avanzar, porque es el día en que hasta la más efímera sonrisa significa algo y te das cuenta de lo bonito de los desapercibidos detalles.
                Creo que entiendo a la bella Holly cuando daba una sonrisa mientras decía algo aparentemente tan cruel. Hasta ella vaticinaba que un día, un mes o un año rojo, es solo ese pequeño espacio de tiempo en el que ser humano se destruye para volver a reconstruirse mucho más fuerte.
                Aconsejo un plan para un día rojo. Una buena compañía, luz tenue, unas fresas con chocolate y un vino blanco o champagne (cava), una agradable música de acompañamiento del tipo de Adele con una agradable conversación y, después, disfrutar de la película Breakfast at tiffany’s.  Pero ante todo, sonreír. Porque un día Rojo siempre precede uno Blanco.