¿Qué haces cuando algo que te han hecho te reconcome durante años y, a pesar de
tragarte el orgullo e intentar llevar bien las cosas, se mofan de ti y te
provocan? Puedes hacer dos cosas, o tragarte el orgullo, callarte y tragar más,
o simplemente contestar.
Hay veces, que pensar en el bien de alguien, significa
guardar cosas que a la larga a ti te hacen daño pero a esa persona le hacen
bien.
Yo en su momento fui un ingenuo al creer que con el tiempo
todo se pondría en su lugar y el hecho de haber escondido durante mucho tiempo
muchos secretos a voces para ayudar a que varias personas fueran felices a
pesar de quedar como el malo me traería una reconciliación futura. Pero no.
Intente hablar con una de esas 2 personas, aprovechando su
cumpleaños, y no solo se comportó con un cinismo que solo digno de alguien de
una clase intelectual baja sino que además intentó burlarse de mi en mi propia
cara.
Si esas personas realmente supieran todo lo que hay detrás
que ellos ignoran, todo aquello que no se les contó para que pudieran ser
felices, todo lo que hizo que yo quedara como un soberano idiota y un cobarde
de bandera cuando solo fui su fiel escudero siempre luchando por su felicidad...
La verdad que releyendo esto me doy cuenta de que no solo no pasaría nada sino
que, además, su abominable egocentrismo y su capacidad de mantener un férreo orgullo
a pesar de sus errores los mantendrían aislados de una visión certera de la situación.
Pero en fin, que más da. A seguir escribiendo en mi libro de
historia sin darle mas importancia que este texto a esa situación. Duele, si.
Pero no hará mas falta que ponerle un punto a este texto para hacer que este
mal sentimiento se encierre o se esfume.
Pero antes de acabar, un consejo. Aunque os sintáis calzonazos,
nunca os arrepintáis de ayudar a alguien, aunque luego acabéis como yo. Siendo
un valiente cobarde.
Un abrazo a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario